Frank Cuesta navega mil kilómetros a través del peligroso Río Mekong. El aventurero nos enseña la fauna de uno de los ríos más grandes del mundo. Frank consigue pescar con una peculiar técnica un pez cuchillo de casi un metro de longitud y una especie de piraña gigante.
Los buscadores de oro siguen existiendo. Están en el Mekong y Frank nos los enseña. “Vamos a ver cuántas veces puedo tocar esta pitón roja sin que me muerda”. Y a la cuarta, le mordió.Al final de viaje Frank nos presenta a Lisa, su novia. Un animal en peligro de extinción que le ha robado el corazón.
Frank de la Jungla se convierte en Frank del Río. Cambia el verde de la selva por el marrón de las peligrosas aguas del Mekong, uno de los ríos más grandes del Mundo. “Me lo estoy pasando como un enano”, dice el aventurero durante el viaje al encontrar una “serpiente con dos cabezas”.
El Mekong es un río difícil de navegar. Está plagado de saltos, remolinos y cascadas. Nace en China y recorre cinco mil kilómetros hasta desembocar en Vietnam. Es cinco veces más grande que el Ebro. Frank Cuesta recorre el tramo que transcurre entre Tailandia y Laos. Casi mil kilómetros de navegación.
Como podrán imaginar un crucero organizado por Frank de la Jungla no es precisamente un viaje de placer. Se come lo que se pesca, se bebe agua del río y se saludan a todos los animales que haya por el camino. “¡Mira una tortuga!” o “¡Mira que pareja de culebras!”. Y Frank se tira de cabeza al agua a invitarlas a subir a bordo.
Cocodrilos, delfines y peces gato de más de dos metros son algunos de los animales que habitan en este río asiático.
Poco después de comenzar la aventura, la barca donde viajan Frank y su equipo se para. “El motor se ha roto. Ha llegado el momento de inflar mi barca”. No hay quien lo pare. Frank infla una barca de plástico, no de mayor calidad que esas barquitas que podemos encontrar cualquier domingo de verano en las playas españolas, y sigue su travesía entre los remolinos del Mekong.
Avanzar, con Frank Cuesta, cuesta. No puede evitar detenerse no sólo allí donde divisa un animal si no también cuando observa a algún lugareño practicando alguna actividad fuera de lo normal. Gracias a esa curiosidad de Frank descubrimos de dónde viene el oro y quién lo encuentra. “¡Señores, estos son los auténticos buscadores de oro!”, exclama un emocionado Frank ante un grupo de señoras tailandesas que se encuentran extrayendo oro a las orillas del Mekong.
Y si algo hay en el río Mekong son peces. De sus aguas cada año se capturan más de un millón de toneladas de pescado. Conocíamos las habilidades del leonés en la selva pero hasta ahora desconocíamos que Frank es un experto pescador. “Yo no pesco como se pesca en España. Yo pesco a lo cutre”. Y así, a lo cutre, consigue hacerse con varios peces gato, un pez cuchillo de casi un metro de longitud y una especie de piraña gigante que le morderá sus partes más íntimas. “¡Me voy de aquí! ¡Estoy harto de agua!”.
Como la cabra tira al monte, al final Frank tira a la jungla. ¿Por qué? Porque tiene mucho interés en presentarnos a “su novia”. Un animal muy tierno, en grave peligro de extinción, que le ha robado el corazón. “Mi novia se llama Lisa. Es el animal más bonito que he visto en mi vida”.
Efectivamente Lisa es un mamífero que al verlo todos desearemos tenerlo como mascota en casa. Frank llegará al encuentro con “su novia” sudoroso y ensangrentado. Mientras la busca, decide jugar con una serpiente y le sale caro. “Vamos a ver cuántas veces puedo tocar esta pitón roja sin que me muerda”. Y a la cuarta, le mordió.
Elenco:
Frank Cuesta
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