Cada semana, cuatro parejas propietarias de casas rurales compiten por ser los mejores anfitriones. Así, cada establecimiento es evaluado por el resto de participantes según cinco criterios, Cada día, los dueños de cada establecimiento reciben a los demás hosteleros y los acontecimientos siguen un orden: Cada pareja llega, efectúa el check-in y hace una primera inspección. Después, ya todos reunidos, comen y, posteriormente realizan una de las actividades típicas del alojamiento. Llegada la noche, se recogen en sus habitaciones e inspeccionan detalles como la comodidad, el ruido, la temperatura, el equipamiento de los dormitorios, etc. A la mañana siguiente, se reúnen otra vez para desayunar y, antes de hacer el check-out, efectúan sus valoraciones.